30.9.08

M. Trives/Diari de Cubelles
Anar amb tren al Aeroport sembla ser que suposa un repte per usuaris no acostumats a fer escalada o descens .Una anada a unes petites vacances de Nadal i que suposava fer ús del tren que et porta al aeroport i es un servei públic va suposar-li a una bona amiga ,un any de dolors a conseqüència de la caiguda al intentar baixar a la andana .També sovint a les línees de rodalies i sense anar més lluny a Cubelles mateix, els viatgers tenen dificultats a l’hora de baixar de determinats vagons i si ja tens un pel de dificultat ,equilibri descompensat o vertigen ja que la alçada es prominent ,llavors la caiguda pot ser eminent en un plis plas . I no parlem de gent de la tercera edat ,en aquest cas es doblement greu l’esforç que pateixen .LLegiu aquest aticle,en parla de .....
Los viajeros sufren para acceder a los convoyes más nuevos de Renfe
Los pasajeros deben salvar una altura de más de 50 centímetros en la estación de Passeig de Gràcia

MÁS INFORMACIÓN

EDWIN WINKELS
BARCELONA
Unos pasajeros en el andén que se inclinan hacia delante pare evitar que otro, octogenario, caiga al suelo cuando intenta bajar del tren. Y otros viajeros que con la mano dan el último empujón a una mujer que les precede para ayudarle a subirse al convoy porque ella sola no puede. Estas escenas y otras parecidas se producen cada día en la estación de Renfe del Passeig de Gràcia desde que hace más de un mes empezaron a circular los últimos modelos del Civia, cuyas puertas se encuentran a unos vertiginosos 52 centímetros de altura desde el andén.
Esa distancia, un abismo para prácticamente todos los pasajeros, supera con creces lo máximo permitido por la legislación. Según la ley de promoción de accesibilidad y eliminación de barreras arquitectónicas de 1991 de la Generalitat de Catalunya, "el suelo de los vehículos quedará enrasado con el pavimento superior de los andenes del transporte ferroviario. A tal efecto se admitirá la ayuda con rampas cortas plegables, evitando que el desnivel supere los 10 centímetros".
Bonitos son los nuevos convoyes del Civia 465 que se han incorporado a las líneas C-2 y C-10 de Cercanías. El gran problema es que el vetusto apeadero del centro de Barcelona no está preparado para tanta modernidad. Los andenes de Passeig de Gràcia son de los más bajos de toda la red ferroviaria de Catalunya, aunque también en muchas otras estaciones los pasajeros sufren con la altura de las puertas.
MOVILIDAD REDUCIDA
"No podemos hacer nada. Solo avisar a los pasajeros de que en medio del convoy hay una puerta de acceso para gente con movilidad reducida que se encuentra más abajo", se excusan desde Renfe. Esa puerta especial permite en una estación como la de Plaza Catalunya acceder al tren con una silla de ruedas, pero en Passeig de Grà-cia ese acceso aún se encuentra a casi 40 centímetros de altura.
Renfe dice que no puede hacer nada porque el problema radica en el andén, que no depende de la empresa ferroviaria. Ni, en este caso, de Adif. La estación de Passeig de Grà-cia depende de la Sociedad Estatal de Infraestructuras de Transporte Terrestre (Seitt) que, casualmente, adjudicará este octubre las obras para la reforma integral del apeadero. El objetivo es mejorar la accesibilidad (ahora solo existen dos escaleras mecánicas, únicamente de salida a la calle) y entre los trabajos se incluirá elevar el nivel de los andenes.La duración prevista de las obras es de 25,5 meses, tiempo que los usuarios deberán esperar para que subir o bajar a los trenes de Cerca-nías ya no sea una yincana que implique el riesgo de sufrir una torcedura de tobillo o una dolorosa caída. "¿Y no pueden hacer algo provisional? ¿O circular de momento con los trenes viejos, a los que también cuesta subir pero menos que en los nuevos?" son las preguntas más repetidas por los usuarios. Aún circulan trenes antiguos, sobre todo los de dos pisos por su mayor capacidad, y su puerta se encuentra a solo 35 centímetros del andén de Passeig de Gràcia.
JÓVENES Y MAYORES
"Si fuera más joven, saltaría, pero ya no puedo", aseguraba esta semana Teresa, una pasajera procedente de Vilanova i la Geltrú que no pudo bajar sola del tren. "Un chico me ha dado la mano y me ha cogido la maleta". El equipaje es otro problema: la C-10 es la línea que lleva al aeropuerto y muchos pasajeros tienen serios problemas para subir sus bultos al Civia. "Ni siendo joven se puede subir a estos trenes. Es una vergüenza. Cada día sufro y veo a otras muchas personas quejándose y agarrándose entre ellas para subir o bajar", comentaba una chica que esperaba el tren a Gavà.
Font: