3.4.09

Joan Barril ,fa dies va publicar un article a El Periòdico, en que parlava de la crisis de molts multimillonaris...us recomanem fer una lectura i no rápida ,molt bó !

ELS DIES VENÇUTS

La lagartija capitalista

JOAN BARRIL

La revista Forbes nos ofrece periódicamente la lista de las mayores fortunas del mundo. Cantidad de millones y calidad de los nombres nos continúan sorprendiendo. La mayoría de ciudadanos no se hacen a la idea de lo que significan 1.000 millones. ¿Qué se puede hacer con 1.000 millones de euros que no se pueda hacer con 500 millones? Las cifras, cuando son de tal magnitud, nos dejan sumergidos en un barro dorado en el que ni siquiera podemos chapotear.Y hay motivos para preocuparse, porque los ricos más ricos han perdido poder adquisitivo, a veces hasta la mitad, en los últimos meses. Es más: los ricos de la economía financiera han retrocedido ante los ricos de la economía productiva. Los primeros trabajaban con cifras y los segundos trabajaban con cosas. Al final, la lógica de las cosas parece un poco más sólida que el humo. De ahí que hayan subido puestos en el ranking de ricos algunos fabricantes de muebles baratos o de ropa de alto consumo. Es bueno que haya ricos, me dicen los evangelistas de la riqueza. Pero, como sea que uno intenta ir un poco más allá de las cifras, cabe preguntarse: ¿se enriquecen de la misma manera los obreros que construyen o embalan las piezas de los muebles baratos? Las cortadoras y cosedoras de la moda masiva ¿forman proporcionalmente parte también de los más ricos de sus precarias comunidades?Y es que, junto a la lista de Forbes sobre los más ricos del mundo, debería publicarse en algún lugar la lista de los que hacen posible sus fortunas. La lista de los multimillonarios muestra que los más ricos de ayer hoy lo son menos. Para esas fortunas, la gran desgracia es haber perdido la mitad de 1.000 millones. Pero, para sus empleados, la gran catástrofe es haber pasado de un salario mínimo a la nada.Y ahora vienen las buenas palabras. Aquellas que dicen que de la crisis salen nuevos escenarios más depurados e imaginativos. El capitalismo no es muy distinto de las lagartijas. Cuando la lagartija se ve apurada, no duda en sacrificar su rabo. La lagartija se regenera por sí misma. Pero el rabo cercenado, tras unos cuantos estertores, muere y acaba desapareciendo. Eso la revista Forbes no lo cuenta. Pero todos los asalariados lo sabemos.

ELS DIES VENÇUTS
La lagartija capitalista

JOAN BARRIL
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