10.1.12

Carmen, Carmen
¿Es el catalanismo un simple acento socialista o parte irrenunciable de la idiosincrasia del PSC?



Isabel Garcia Pagán



Un experto en demoscopia alineado con el socialismo catalán teorizó una vez sobre la influencia del árbol genealógico a la hora de decidir el voto. Decidió que si un catalán se apellida García y sus padres son de Murcia el sujeto en cuestión votaría indefectiblemente al PP. Una fórmula como otra cualquiera de ubicación política. Quizás la misma por la que si una se llama Carme, es catalana y quiere aspirar a liderar el PSOE, lo que hace es dejar que añadan una N a su nombre, vestirse de rojo y gritar a los cuatro vientos su origen familiar en Andalucía. Si además la aspirante proclama que el corazón del socialismo está en tierras andaluzas demuestra la voluntad, y la obligación, de ganarse el favor de la federación que aporta el 24% de los delegados (234 de los 972) que votarán al futuro secretario general del partido. Y de paso, contribuye a acabar de desorientar a sus compañeros del Partit dels Socialistes de Catalunya, ese partido en el que aún milita desde la distancia.

Pere Navarro tomó el mando de un new PSC que proclamaba lealtad al PSOE pero que se reservaba el derecho a discrepar –¡y hasta votar diferente!– del partido hermano. Y siguiendo esa cautelosa toma de distancias, el primer secretario de los socialistas catalanes no perdió ni un minuto en poner tierra de por medio con el aspirante Rubalcaba cuando defendió que el PSOE diga lo mismo en todas partes. Ahora la candidata CarmeN Chacón lleva al traste lo que quedaba de fantasía federalista en el imaginario del socialismo catalán. "Mi partido", el PSOE, sostiene la aspirante socialista, tiene que decir lo mismo en todas partes, aunque ella sí está dispuesta a tolerar "acentos". Gran concesión para sus compañeros catalanes.

Si hace unas semanas el PSC salió de su congreso sin una hoja de ruta clara para la nueva dirección, ahora corre el riesgo de que el cónclave de febrero del PSOE ahonde en su desubicación en el terreno nacional catalán. ¿Es el catalanismo un simple acento socialista o parte irrenunciable de la idiosincrasia del PSC? Navarro tiene claro que apoyará a Chacón –está por ver si se arriesga a poner los 101 votos del socialismo catalán en el mismo cesto–, pero eso no diluirá el 'problema de identidad de un partido que de cara a la galería catalanista se empeña en definir como simplemente fraternal su relación con el PSOE. ¿Se atrevería el PSC a discrepar con una de sus militantes siendo la líder de su partido de referencia español?

Chacón, la única socialista catalana que defendió en público la sentencia contra el Estatut, sabe que su punto débil por corregir en el PSOE es proceder del "incómodo" PSC. Las consecuencias son daños colaterales asumibles. Y en ese periplo no son pocos ni irrelevantes en la sede del PSC los que admiten que... Nicaragua, tenemos un problema.